Thursday, October 15, 2009

Festivalero yo soy

And so it began…
Son las 4:57 am, estoy saliendo de mi casa rumbo a Morelia.
Por enésima vez repaso el "programa" que hice con harta emoción. Le cuento a mi papá un poco de cada película: que si la dirigió fulano, él que hizo tal cosa o que estuvo en quién sabe donde.

Yo, emocionadísimo.

Es la 3° vez que voy al Festival de Morelia y me en-can-ta. Allí me ha tocado caminar junto a Julieta Venegas, sentarme cerquísima de Martha Higareda, comprar una crepa con Elisa Miller a lado, desayunar junto a la mesa de Carlos Reygadas y Amat Escalante, andar de metiche siguiendo a Eugenio Polgovsky o nomás pasearme por el cine del centro escuchando conversaciones ajenas, escuchar sesiones de preguntas y respuestas que pueden llegar a ser tan ridículas, interesantes, estúpidas o inteligentes como su realizador.

Nada más ver el programa me da ansias.

Mi papá me interrumpe para pasarme una bolsa de Gandhi (la librería, no el ñor) mira lo que compré.

En la bolsa están los dos CDs que nos faltaban de Lila Downs para 'ora sí, tener todos.

¿Ya los viste bien?

Estuve a punto del desmayo, los dos CDs estaban autografiados.

"Para Saulito, Lila Downs" Presumido ¿yo?

Solo por escuchar los discos no me dormí, la emoción de emoción un disco autografiado es hermosa (aquí me gana el sentimiento y lloro y me sueno la nariz ruidosamente, rompiendo así cualquier pequeño rastro de dignidattt que me queda, jo). Además de que es Lila Downs y me encanta y las canciones son removidas y la amo y canta "pocamadre, gooooei" y "rescata la cultura mexicana" y… y…

Que empieza a llover, mi papá pone los limpiaparabrisas.

Nada.

Los vuelve a poner.

Nada.

Para el 3° intento es definitivo: los limpiaparabrisas no sirven.

Nomás porque el carro iba muy rápido el agua se "limpiaba" con el viento. Pero eso sí, nos dimos un sustote.

Llegamos a Morelia en menos de 3.5 horas, tiempo record.

Y sigue lloviendo, hago un repaso mental de mi maleta y traigo puro chor y playeritas y suetercillos. GrrrLluvia, desayuno, Morelia.

Después de desayunar nos vamos al cine del Centro y compro los boletos. I have to tell you que el cine del Centro de Morelia es probablemente mi cine favorito del universo, tan mono y bien ubicado y las salas de excelente tamaño y no muy grande y con un aire provinciano muy cool y encantador. Jojo.

Los boletos para Los Abrazos Rotos de Almodovar se habían acabado y los de Two Lovers de James Gray también, grrr. Llené ese espacio con un programa de cortometrajes y La Cuerda Floja nomás porque era lo que mejor quedaba en ese horario y el de Two Lovers lo llené con Boogie el Aceitoso que igual, era lo más atractivo a esa hora.

El festival empieza con un doumental inglés, Sleep Furiously. Pero mi papá y yo nos quedamos asquerosamente dormidos. El documental hasta eso se veía muy bien y tenía una fotografía impresionante. Pero la historia de un pueblillo en medio de la nada, ambientada con música de cuna e imágenes "bonitas" me hicieron dormir más de 40 minutos. Obviamente me enojé un buen with myself por quedarme dormido y no la cuento como película vista.

Primera función: FAIL.

El día sigue con The Flower Bridge de Thomas Ciulei, documental del programa de cine rumano. Acepto que no tenía muchas ganas de verla, pero gran sorpresa que me di. El documental narra la historia de una familia en Moldavia conformada por el padre, y sus 3 hijos, un varón y dos mujeres. Ellos sobreviven con su trabajo diario, los niños van a la escuela, el padre los cuida, mientras que la madre se ha ido a Italia para mantener a los hijos en una buena escuela y reparar la casa. The Flower Bridge resulta en un vistazo a la migración muy parecido al que Juan Carlos Rulfo nos daba en Los que se Quedan, la migración como desintegrador de familias y causante de una infancia perdida, aunque llena de sueños, esperanza y trabajo del "duro".

Seguimos con el disparejo Programa 3 de Cortometraje Mexicano, Señal de Vida de Diana Peñaloza es una historia medio lograda cuyos personajes nomás no nos convencen el viejo cascarrabias tan característico del cine mexicano pretencioso conoce a la joven gritona/llorona/dizque-desesperaba que además está embarazada. Dos personajes que son hechos el uno por su poca complejidad y su simpleza, el corto aburre aunque esté muy bien realizado. En

A Solas de David Romay conocemos a un viejo enfermo postrado en una cama de un hospital y cuya única compañía son las visitas del paciente de a lado y las enfermeras del lugar, el corto es bellísimo, estupendamente filmado y con un desenlace que peca de melodramático pero que cumple con el cometido del director: impactar a su audiencia.

Nuevo Dragon City de un tipin (no me molestaré en buscar su nombre, ya hice demasiado con ver su corto) examina una temática tan interesante y controversial como la de chinos acomodando cajas. Sí, el corto es eso, chinos acomodando cajas y ya. Nada más. Vemos unos chinos, acomodan unas cajas y la cosa esa se termina. Lo peor que vi en el festival.

The Book of the Border de Andrés Torres-Vives es la migración vista desde el mismo punto de vista de siempre, los mismos personajes de siempre, el desenlace previsorio y aburrido de siempre y un cortometraje hecho con las patas, perdí el interés casi al instante. No daba para mucho y el director se encargó de dar menos que eso. Bravo, eso tiene que ser una especie de talento ¿no?

Sopa de Soldaditos de Cristopher Carballo es una comedia simplona, que pega a veces, aunque demasiado telenovelesca, caricaturizada y un poco chafona pero bienintencionada. El amor visto desde los ojos de un chef fracasado, la búsqueda de ese amor que se hace llamar "verdadero" y el sexo promiscuo se mezclan para dar un resultado regular tirándole a malo.

Justo cuando este programa de cortos se veía destinado al fracaso total llega Nación Apache de Carlos Muñoz, un western ambientado en la Ciudad de México, una comedia absurda y divertidísima, el eterno conflicto entre apache y vaquero pero ahora se les unen un agente del FBI, un narcotraficante, una cantina de mala muerte y una ciudad con hartos habitantes. Aunque eso sí, faltó tijera en varias partes. Una pequeña joya con realización impecable y un estilo visual que homenajea los westerns setenteros y al mismo tiempo modifica el género.

Hubo sesión de preguntas y respuestas, buena a secas, no vale la pena recalcar nada. Jojo.

Entramos a La Sirena y el buzo de Mercedes Moncada, tenía expectativas altísimas. Yo siempre tan iluso. El dizque documental de Moncada no es más que videos seguidos de texto que intentan contar una historia que pudo haber hecho una excelente ficción. Me es fácil imaginar la filmación de este documental, Moncada decía, busquen a un niño pequeño y acto seguido lo grababan un rato y ya, ahí está su historia. El dizque documental ,dizque ficción de Moncada no llega a nada y en lugar, nos muestra las pocas habilidades de su realizadora. En La Sirena y el Buzo se retrata la vida en la costa de Nicaragua, un pueblo que claramente tiene raíces africanas y que está sumido en pobreza extrema, como documental pudo haber funcionado. Debo agregar que en el "documental" de Moncada vemos un parto, así "al chile", un parto. Bien se pudo haber ahorrado esa parte y no dejar al espectador tan asqueado, en la sala se escuchó un grito de repulsión durante la escena, pero no, ahí está.

Si algo me gusta del festival es encontrar joyas en el programa, películas de las que jamás habías escuchado, que por alguna razón te metes a ver y resultan obras maestras. Tal es el caso de La Cuerda Floja de Nuria Ibañez. La Cuerda Floja cuenta la historia de una familia de 5 integrantes que mantiene un circo ambulante, sumidos en la miseria pero que adoran su arte. La decadencia, el espectáculo como escape de la pobreza, un escape "mágico". La relación entre los integrantes de la familia gira en torno al circo; los animales, los ensayos, la emoción previa a la función y las divertidas, emotivas y enternecedoras platicas de su arte, un documental que como el circo, se convierte en mágico y se siente ajeno al mundo exterior. Un bellísimo retrato de la familia artista, la decadencia, la miseria y la esperanza. Bravo.

Hay sesión de preguntas y respuestas con la productora y sonidista de la película.

Mi papá se enoja cuando la gente empieza a dudar la veracidad del documental. Y yo también.

Gente idiota.

El día termina con una función a las 23:00, Boogie el Aceitoso de Gustavo Cova. Aquí tenemos nuestro primer (llamémosle) altercado con la "gente con gafete". La gente con gafete es toda la gente que trae gafete, desde los jovencillos de poca monta que son voluntarios, los tantos viejecillos que van de invitados de los organizadores, los directores que van a presentar su dizque corto de 2 minutos y los peores… prensa (levanto mi puño y grito amenazadoramente, me sale espuma de la boca y me descontrolo, apenas logro recuperarme del ataque de rabia).

Los de prensa son groseros, ruidosos, montoneros, mete-filas, egocéntricos, poco informados, egocéntricos y podría seguir y seguir y seguir. Pero de eso no se trata el post.

La cosa fue así: saliendo de La Cuerda Floja (me quito el sombrero) mi papá y yo nos formamos pa' Boogie, después de estar parados en la fila 35 minutos entramos y justo cuando íbamos a entrar a la sala llegan unos de gafete sin hacer fila, le dicen al baboso de los boletos (ellos son a totally different story, aunque hay unos no tan mala onda) que son de prensa y bla bla bla y que tienen que pasar y vaya-usté-a-saber. Ah sí, eran de Proceso.

Entonces que le grito a mi papá algo así como: esos de prensa son unos estúpidos, yo llevo formado más de 40 minutos y ellos no se forman y que no deberían dejarlos pasar y son unos groseros, maleducados, nacos y como se ve su NULA educación y egocentrismo.

Ya no vi que hicieron, mi papá empezó a morir de risa.

Si el cine animado de Latinoamérica puede resumirse con fracaso, malas ideas, pésima animación y poca originalidad, Boogie, el aceitoso se encarga de cambiar el panorama de la animación latinoamericana, la violencia extrema critica a la sociedad sangrienta y descorazonada de la región, el amarillismo de los medios en la actualidad y las mafias características de las urbes. Boogie es violencia visual al por mayor, sexo semi-explicito entre dibujos animados, es todo aquello que nos (o al menos, me) repugna de la sociedad actual. Boogie nos mata de risa, es por eso que me gustó bastante. Basada en una tira cómica argentina de Fontanarrosa, es la historia de un asesino a sueldo grosero, grotesco, macho, vulgar y violento.

Cine, gente, Morelia. Random.

Pestañeo menos de 5 minutos durante Boogie, llego al hotel, twiteo y a dormir.

La que me espera…



2 comments:

Unknown said...

Hahaha ay ya se*! esos del gafeTe q se sienTen especiaLes y te ven con cara de burLa asii de ja yo paso anTes y sin formarme*! jajaja*! osea q no estuvo muY bno salvo esa de Boogie*! pff... q Mal jaja pro esta bno eso de los cds autografiados*! jaja bno bYe*! xoxo

El Velvet de Cierto Pelo said...

Buenísimo el reporte...queremos más...
Ash ya me dio envidia...Y yo aquí asándome en la costa oaxaqueña en un cine que proyecta Tinkerbell 2.