Sunday, October 18, 2009

Festivaleando: cielo.

Segundo día del FICM.

Despierto con la noticia de que Obama tiene el Nobel de la Paz, normalmente me importaría. Pero no ahora, tengo 4 películas programadas para el día, un shampoo chafonsisimo (me he vuelto muy freak con el cabello) y un horario programa ajustadísimo.

Mi papá me hace pararme muy muy muy temprano, llevaremos el carro pa' que arreglen los parabrisas.

No hay otro cielo como el de Morelia eso dice mi papá siempre. Hoy tiene razón.

Para mi buena suerte, no está lloviendo, ahora sí podrá usar chor.

El día empieza con el desayuno. Pruebo una mermelada bue-ni-si-ma y casi me la acabo, no se imaginan que excelentísima mermelada, jiji.

Cuando sacamos el carro del estacionamiento mi papá prueba los parabrisas… sí sirven.

Good, no tenemos que ir a arreglar nada.

Nos vamos temprano al cine del Centro, parece que este será mi lucky day, Los Abrazos Rotos está programada para cerrar el día.

In your face.

Me pongo a escuchar conversaciones ajenas, no saben lo mucho que me divierto haciendo esto.

El día comienza con una función de Tales from the Golden Age de varios directores rumanos, entre ellos Cristian Mungiu, excelente. 5 historias situadas durante la dictadura de Ceausescu,"época de de oro" Rumana, cargadas con humor negro, cinismo, critica política y gran belleza. Cada cortometraje se convierte en un vistazo, crítica incluida, a una parte de la sociedad rumana; la clase obrera, la juventud, los políticos y "el pueblo". Los preparativos para una visita oficial, una estafa que dos jóvenes planean con botellas de vidrio, un fotógrafo que no cumple con lo que el partido le ordena, un cerdo que debe ser asesinado en secreto para un banquete familiar; son las leyendas urbanas, mitos de la época de oro, que componen la película. Estoy convencido de que el cine rumano tiene algo que lo hace especial, una pureza extraordinaria, una combinación perfecta entre humor, belleza, drama, crítica y buenas historias.

Salimos del cine, tenemos una función en la otra sede del festival.

Primer encuentro con un taxista moreliano.

Una señora buena onda que se pone a platicar con mi papá de la ciudad, simpática la ñora. Verán, mis abuelos son morelianos y mi papá conoce la ciudad muy bien, aunque esa historia amerita otro post.

Llego directo a la taquilla a comprar los boletos de la otra sede, solo los boletos de Nueva York te amo están agotados. Ya ni modo.

La función es el programa de cortos documentales mexicanos.

Empieza con 1kg=2$ de Zoi Sucarrats es un corto de 2 minutos que consiste en una secuencia de imágenes, ampesinos recogiendo café y gente de "ciudat" tomando tazas de café, al final comprendemos el porqué del titulo, $2 cuesta 1 kg. de café. El corto, que bien podría pasar como un videoclip se siente seco, frío, ajeno a la injusticia laboral que se comete en contra de estos campesinos. Aunque eso sí, se ve rebonito.

Franja Costera de Bruno Varela ejemplifica la pretensión y mamonería del cineasta mexicano, un documental es-tú-pi-do. De un "sueño" salen imágenes inconexas de una filmación en Oaxaca, años después el cineasta encuentra estas imágenes que utiliza para ilustrar su sueño y mostrarnos la vida en la costa oaxaqueña. No ahondaré más en el corto, no lo merece.

Invisibles de Amaranta Diaz es una secuencia de imágenes de la Ciudad de México con narración de varios "fantasmas" citadinos; la barrendera, el vagabundo, el ciudadano común, jamás vemos sus caras. El corto conmueve, es una sincera reflexión de la deshumanización de los habitantes de la ciudad, rescata a los fantasmas del olvido, examina la soledad en una metrópoli con millones de habitantes. Invisibles pasa como un relato futurista, una especie de oda al movimiento, al olvido, a la deshumanización, a los habitantes de una ciudad.

El Suicidio del Tiempo (Pavel Gonzalez) de Daniel Gonzalez es un documental que peca de tradicionalista sobre la desaparición y asesinato de Pavel Gonzalez, activista político y estudiante de la UNAM. El documental no conmueve, no demanda justicia, no es un grito contra la impunidad, no es nada. Una serie de entrevistas malhechas y una narración en off muy gris, bien pudo hacerse algo mucho mejor con la historia de Pavel. Muy a medias, no entiendo cómo pudo haber ganado la competencia. He dicho.

Los desposeídos de Emilio Aguilar es un homenaje a la figura del ermitaño, al hombre libre, al incomprendido, a aquel que cree no pertenecer a este mundo y se aisla en uno propio. Es la historia de dos hombres, con pasados totalmente diferentes, pero cuyo presente está muy entrelazado, los dos han escogido convertirse en verdaderos solitarios. Nos internamos en sus mentes, uno se aisla para convivir con la naturaleza, el otro porque odia todos, porque el mundo lo ha tratado mal, porque es un genio incomprendido. Maravilloso.

Sociedad Anonima de Beatriz Betsabé Bautista es un cuasi-reportaje de la vida de los pepenadores de un tiradero en Nayarit. Conocemos a personajes simpatiquísimos que nos arrebatan sonrisas, vemos la miseria en la que viven cientos de personas, las deplorables condiciones de vida y su lucha por el día a día. El corto, en sí no aporta nada, el tema ya se ha visto muchas veces, además de que tiene una estructura muy pobre y que fácilmente podría pasar como un reportaje mediocre.

El programa cierra con una obra maestra, Retrato de un Contorno de Jaime Munguía un relato de un hombre a través de su familia. El director entrevista a su madre, su padre, su hermana y su novia, tratando de encontrarse a si mismo. Un viaje emocional bellísimo, la revaloración de la familia como nuestro único origen, la figura materna y paterna tan opuestas, el vinculo familiar como único. Un documental muy personal, no pude evitar sentir que ultrajaba la dinámica familiar del director, pero al final entendemos y le agradecemos el que él quiera compartirlo con nosotros. Excelente.

Comemos rapidísimo, me atasco en un buffet de comida regional.

Entramos a Rabioso Sol, Rabioso Cielo de Julián Hernández. Amé la película, no se hable más, es hermosa, bella desde el primer hasta el último cuadro. Una oda al amor y al erotismo, RSRC si bien es una película difícil al carecer de diálogos y estar filmada en un monótono (y que crea un sentimiento de claustrofobia) blanco y negro, sin mencionar las muchas (hartas) escenas de sexo homosexual, es un bello relato de un amor que rompe tiempo y espacio, un amor que perdura en cualquier universo, un amor que no puede romperse. Quedé anonadado, la película es un viaje espiritual estupendo, maravilloso, lleno de belleza y perfección, una fotografía impecable, actuaciones casi coreográficas, una dirección brillante, una de las mejores películas de Hernández, una obra maestra. La película me conmovió.

Odié a la gente que se salió antes de que terminara, idiotas.

Al final de la proyección hubo preguntas y respuestas. Fue la primera vez en la historia que he preguntado algo, lo tenía que hacer. Julián Hernandez es simpatiquísimo y re buena onda y chistoso y es mi nuevo ídolo.

Y zas, que me tomo una foto con él (mi papá medio que me obligó) y salí bien mal y con cara de "eh… pues… sale… eh… bai".

Continuará…


 

 

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