A los 2 años yo era una persona exageradamente feliz; tenía un gran VHS, harto tiempo para dormir, cero tarea y el videocasete de Blanca nieves y los Siete enanitos (1937). De tantas veces de ver como mi mamá ponía el video, aprendí a ponerla solo, se acababa y yo la volvía a poner. Si digo que he visto Blanca nieves más de 30 veces creo no estar exagerando, es más, me quedo corto. Ver Blanca Nieves se volvió parte de una rutina, aunque después llegaron otras películas, eso si, siempre de Disney; La Bella Durmiente (1959)
, La Bella y la Bestia (1991), Toy Story (1995) y
El Rey León (1994).
Un día mis papás decidieron que mi tele ya no servía o ya era muy vieja, o lo que fuera. Lloré y lloré mientras se llevaban mi tele harto grande y gorda (era una Phillips súper tosca) y llena de estampitas que había pegado para "pimpearla". No podía creer que mis señores progenitores me fueran a quitar lo más preciado que tenía. Aún y cuando me explicaban que me iban a dar una más grande y nueva, yo prefería la mía, MI tele, pocas veces en mi vida he hecho un berrinche así, anduve un buen de tiempo enojado con mis papás.
Dice mi mamá que como era MEGA bien portado, me pudieron llevar al cine cuando todavía era una pequeñísima criatura, no me dormí, no llore. Mi mamá dice que no se acuerda, pero que fue una de Disney, chance y Hercules
(1997)
(por el año)… bah, eso es lo de menos. Después de eso vino una total sequia cinematográfica… durante este tiempo veía lo que cualquier niño de unos 6 años ve (by the way, ¿qué ve un niño de 6 años?).
Pero hubo 2 eventos que cambiaron totalmente mi apreciación del cine.
- Los Oscares del 2002, meaning los que se sintonizaron en el 2003 (me choca que la gente no sepa contar).
- El día que mi papá llegó a la casa con Los Olvidados.
Pero eso va en el siguiente post…
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