Nadie está en el Messenger, nadie tuitea, nadie visita el blog, nadie hace nada… es 15 de septiembre a las 10:30 PM y yo encerrado en mi cuarto con un té de maple a lado, Lila Downs a un volumen decente y Nazarin de Luis Buñuel a punto de ser vista.
¿Por qué no doy el grito?
A mis padres les entró la idea de que no dando el grito estaban protestando o algo así. No les entendí. Además, creo que mi papá entra a trabajar temprano, pobre de él.
¿A quien le protestan? Sepa, sabrán ellos.
¿Qué dirían mis tías abuelas que hacen tremendo pachangón para estas fiestas?
Puedo decir que lo único que me pesa de no dar el grito es la comida, tuve que cenar cereal, CEREAL. Que patético.
Hoy fui a la escuela con los jeans verdes, nomás para sentirme un poco patriota ¿el verde sigue estando en nuestra bandera, verdad?
Se escuchan los fuegos pirotécnicos del pueblo cercano. Ya son las 11:00 PM.
Ja, y a la mera hora mi mamá sí puso el Grito en la tele.
Y lo dio enfrente de la tele.
¿Y su protesta? Por allí ha de andar.
La escuela ha estado del asco y creo que me estoy volviendo emo… pero esa es otra historia.
Bái.
Consideren este un post de metiritas.
'Ora sí, bái.
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