De la comedia absurda de terror

Drag Me to Hell de Sam Raimi

Christine Brown, una empleadilla de banco encargada de dar prestamos parece llevar una vida cuasi-perfecta, tiene un novio que la quiere, un posible ascenso en camino y no tiene mucho de que quejarse. Decidida a probar que puede tomar decisiones serias, Christine le niega una prorroga en un préstamo a una extraña viejecilla, la señora Ganush, para terminarla de amolar nuestra heroína humilla a la desesperada anciana. Furiosa, la anciana le echa encima una maldición gitana que, literalmente, la "arrastrará" al infierno en cuestión de días.

¿Qué es la última película de Sam Raimi, una comedia absurda de terror ó una cinta de horror con tintes de comedia?

Yo me inclino por la primera.

La comedia absurda de Raimi está llena de momentos que de tan ridículos son encantadores, comiquísimos e inolvidables. La comedia negra de Raimi es juguetona, divertida y no se toma demasiado en serio, libre de efectos especiales excesivos y de cualquier truco de poca monta, Raimi se divierte y asusta a su audiencia con efectos sonoros brillantes, secuencias de peleas exageradas y personajes caricaturescos simplemente ridículos.

Las escenas van de escalofriantes a ridículas e hilarantes; una pelea entre la Sra. Ganush y Christine dentro de un carro, el sacrificio de un gato, ritos para invocar a espíritus y una cabra poseída son solo algunas de las memorables escenas de Drag Me to Hell .

El look vintage que le da Raimi a Drag Me to Hell homenajea, con igual éxito con el que lo hicieran Quentin Tarantino y Robert Rodriguez en Grindhouse (2008), las películas de terror de la década de los 70s. Sin caer en ningún cliché del cine de terror o en todo caso del gore setentero, Raimi nos trae lo mejor del cine grindhouse impregnada del estilo de Raimi en todos lados.

El guión perfecto de Raimi está lleno de gags sinsentido y momentos de tensión al por mayor, sin caer en lo predecible o en lo aburrido, Raimi encuentra el equilibrio perfecto entre la comedia absurda y la película de terror eficiente, haciendo de Drag Me to Hell la bocanada de aire freso que el genero tanto necesita.

Hay que destacar el extraordinario trabajo de la mexicana Adriana Barraza como una médium en busca de venganza, una interpretación brillante; terrorífica e hilarante, también el increíble score de Christopher Young que juega un papel importantísimo en la parte de terror de la película.

Hell yeah.

Drag Me to Hell: 83/100