Friday, July 24, 2009

De mis antepasados ilustres ó post pa’ presumir mi linaje

A mi mamá le dieron más de 500 fotos viejas de su familia, las más viejas eran de 1880 y 1890. La mayoría de las fotos son en sepia, unas cuantas en blanco y negro y como 10 son a color. Hay de todo, desde retratos domingueros de mi bisabuela riquilla, fotos de bodas/quinceaños/bautizos de hace más de 70 años, fotos de mis tíos abuelos septuagenarios cuando tenían 6 o 5 años, la foto de la tatarabuela mandona, de la tia de la prima de la hermana del tío del sobrino del papá de "vaya uste´ a saber", la UNICA foto que se tomó el tátara-tátara abuelo, la foto familiar de principios de siglo, etcétera.

Se dice en mi familia que somos descendientes de (lease con voz recitadora de chamaco de secundaria en concurso de la SEP) Don Miguel Hidalgo Y Costilla, padre de la patria. Ajá, Miguel Hidalgo himself es mi (hope I get it right) tátara-tátara-tátara-tátara-abuelo, hasta está avalado por historiadores fijensennn. Muchos de mis parientes viven obsesionados con la idea a tal grado de que pueden recitar de memoria el árbol genealógico de 6 o 7 generaciones, es chistoso, ridículo y un poco patético a la vez. Mi mamá todavía ostenta (harto orgullosa) el apellido Hidalgo (el Y Costilla se suprimió de la familia hace varias generaciones por persecuciones o vaya uste' a saber), yo no, uno de los traumas de mi vida es que en lugar de tener un apellido aquí, bien padre pa' poder presumir (porque abundan en mi familia) me tocó quedarme con "Sánchez". Chales.

Al menos una vez al año mis tíos obsesionados con su linaje HISTORICO (nótese que lo escribí en mayúsculas) organizan una reunión familiar de aproximadamente 150 o 200 personas, se reparten copias de arboles genealógicos y se regalan fotos viejas, a los chamacos nos rentan inflables y nos ponen a escuchar por millonésima vez la historia de nuestros antepasados pa' que nosotros se la contemos a nuestros hijos y ellos a sus hijos, y sus hijos y sus hijos y así. A la fiesta van primos o tíos hasta de 4 o 5 generaciones, me encanta porque los adultos se hacen bolas tratando de descifrar el parentesco que tienen entre ellos.

En esas reuniones me he enterado de historias negras, anécdotas chistosonas, antepasados ilustres, etcétera. He aquí algunos:

Tuve una "vete-tu-a-saber-cuantos-tátaras" abuela que era cantante de opera, de ahí mi melodiosa voz y mis aires de divo y artista consumado.

Mi tátara-abuela tocaba el piano en los cines, si supiera tocar el piano that would be mi "dream job".

Una hermana de mi tátara-abuelo fue la secretaria PERSONAL y PREDILECTA de Don Venustiano Carranza himself.

Un tátara-abuelo fue poeta (o algo así) y tenía sus aires de mega grandeza mala onda, hasta la fecha mis tíos y algunos de mis primos recitan poemas de poetucho este. Jojojo.

Mi bisabuelo estuvo a punto de ir a las Olimpiadas (o algo así), era gimnasta y hasta salió en el periódico, ese recorte de periódico de más de 60 años aún se conserva en la familia.

Las historias negras me las ahorro, solo les digo que hay hijos fuera de matrimonio, sacerdotes casados y con hijos, bastardos al por mayor y un laaaaaargo etcétera.

3 comments:

Anonymous said...

nice post tocayo, ya escribistes sobre la desconocida ?

zoolo said...

No, aunque si planeo hacerlo... el lunes lo tendrás.

Eddney Todd said...

Oye, creî que esto de guardar fotos viejas era una tradiciôn perdida. La verdad es que en mi familia no hay memoria fotogrâfica genealôgica...