Friday, June 19, 2009

¡Cafre!... o post donde saco a relucir la nula habilidad de mi madre al volante.

Son miles (o millones, no estoy seguro) los carros que hay en la Ciudad de México, son muchas las horas que los capitalinos invertimos atorados en ríos interminables de carros cada semana, son miles los baches, topes, hoyos y coladeras abiertas que encontramos en las calles de la ciudad y son hartos (por favor hágase un extraordinario énfasis en esta ultima palabra) los malos conductores que no deberían de tener ni el más mínimo derecho a acercarse a un carro, entre ellos mi madre. Los topes con ella se sienten el doble de altos, los baches el doble de profundos, los cambios de carril se convierten en jaloneos bruscos y toscos, cada vez que frena puedes sentir una fuerza sobrenatural tratando de sacarte del coche, cada vez que acelera sientes que vas en una atracción de feria de pueblo y no en una camioneta. Sí, mi madre maneja del asco (la expresión no podría ser más apropiada) o tan solo vean su carro, hace poco chocó con un carro estacionado, no me pregunten cómo pero tiene un golpazo gigantesco. Mi mamá no fue hecha para manejar un carro, maneja con la inseguridad y la delicadeza que tendría un niño gordo y torpe al caminar, movimientos toscos, bruscos y violentos. Ayer tuve que subirme al coche con ella, hace mucho tiempo que no lo hacia y espero que pase mucho más tiempo antes de que tenga que volver a hacerlo, me senté, me agarré fuerte del asiento y no me solté para nada, me puse nerviosísimo, me aferré al asiento y le pedí a Dios (y a Mahoma y Alá y Buda y al Monstruo Volador de Spaghetti) que terminara.

Además mi madre tiene el poder y la habilidad de convertir un trayecto de 15 minutos en un suplicio de 45 minutos, increíble pero cierto.

Mi señor padre en cambio se mueve con una delicadeza y sutileza increíbles, quien sabe porque terminó de periodista y no de piloto de carreras o taxista o trailero o vendedor de helados en camioneta o microbusero o cualquier otra profesión donde pudiera sacar a relucir sus grandes habilidades frente al volante, mi papá se escabulle en todos los espacios vacios por más pequeños que sean, puede ir a 140 km/h y tú no sientes nada, se pasa los topes como si nada, se pasa altos de una manera extraordinaria y aún cuando vayas pasando por la calle con más baches, topes y coladeras sentirás que vas como en carretera gringa harto lisa. Mi señor padre sí fue hecho para el volante, yo creo que su cerebro debe ser estudiado, sus habilidades en el volante deben de ser aisladas, clonadas y posteriormente inyectadas a todas las personas como mi señora madre, así todos haríamos 10 minutos en ir de Polanco a Cuernavaca.

PD: Por si estabas preocupado Saúl ya fue al otorrino. Mis sospechas eran ciertas, tengo una nariz cucha, fea, gacha y que no vale ni 5 cacahuates. Me prohibieron las plumas, los animales, el polvo, las alfombras y me dieron un tratamiento larguisisisimo, grrr…. I hate mi patética salud.

2 comments:

---___--- said...

jajaja

1-me agrado tu amigo peudosocialista, me temo que si el che o carlos marxs lo conocieran le darian un lape para que se despabile

2- jaja mi madre maneja como pocas! aunque en un principio era identica a la tuya estando en el volante, ultimamente mi madre ha sido mucho mejor conductora que mi padre



3-oh! a mi me dijeron lo mismo acerca de mi nariz, tengo algo que se llama hipertrofia de cornetes,de echo deberian operarme, pero el egoismo monetario de mi padre y el miedo que tengo de que me dejen nariz de pedofilo afroamericano despintado hacen qe me aleje de esa posibilidad, alejate de todo lo que te dijo el doc y ni se te ocurra fumarr!


mis saludos!

blU said...

jaja no ceo que maneje tan mal tu mamá ehh!! solo queria poner un comentario para que no se muriera un gatito jaja