Monday, June 29, 2009

Este post no tendrá un buen titulo porque no me siento bien ó post donde describo mi humor de la patada (palabra educada para decir “chingada”).

Llego a mi cuarto y prendo la computadora, después de medio actualizarme en blogs, mandar mails dizque urgentes y darme cuenta de que el blog ha estado más vacio que los mitines del Partido del Trabajo, me acuesto en mi cama, me pongo el iPod en aleatorio y me pongo en posición para dormir. Al fin tendré mi merecida y muy esperada siesta de la tarde. No planeo despertarme al menos hasta que sea hora para cenar (soy un flojo y no me importa, mentira, sí me importa).

Pero empieza una lluvia mega ruidosa que impide mi merecida siesta. Estúpida madre naturaleza inoportuna. Grrr…

No tengo ni idea de donde viene el harto sueño que tengo así es que hago un repaso mental rápido de mi día: me levanté tarde (¿serán las nuevas almohadas hipoalergenicas que compró mi señora madre?), no desayuné, llegué temprano (tempranísimo, exageradamente temprano, hasta me da pena llegar a esa hora) a la escuela, dizque trabajé, me la pasé la mitad del día semidormido y ya. Hoy fue un día patéticamente aburrido.

Justo cuando las cosas no podrían estar peores (pinche Ley de Murphy idiota) me empieza un dolor de cabeza asesino. No, no es chistoso.

Me chocan este tipo de días tan grises, tan nublados, lluviosos, poco productivos y de una flojera impresionante. ¡Ya! Basta de diario tener que arrastrarme a la escuela, ya no quiero lidiar con compañeritos babosos, ya se me acabó la poca dizque paciencia que tengo.

Me reconforta pensar que solo tengo que ir hasta el viernes y se acaba el ciclo escolar. ¿No les emociona harto?

Aunque falta poco para las vacaciones todavía se me hacen muy lejanas, no puedo esperar a por fin terminar de ver la gran pila de películas que se acumula de forma estrepitosa junto a mi escritorio (ya son más de 30), leer todo lo que tengo pendiente (entenderán que no se puede ser pseudo intelectualillo así "de a grapa") y usar shorts diario (porque las vacaciones de verano son pa' andar en shorts).

En un lugar escuché (o me inventé, me da igual) que nuestra ropa influye en nuestro estado de animo, entonces, ¿debo de culpar al uniforme gris y gastado de la escuela a que hoy me sienta tan pinche? Yo creo… ó al menos espero.


 


 

¿Qué chingados? A poco espero que con este tipo de entradas tan apáticas ganaré lectores, que iluso (tengo 15 años, no esperen mucho de mí).

Ya paró de llover, iré a dormir, que tengo una siesta pendiente.



Anden, reomienden el blog a harta gente, hagan feliz a Saúl.

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